Camerado, This is no book; who touches this touches a man. Walt Whitman.

miércoles, 22 de mayo de 2013

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Jaime Sabines.
Deja la puerta abierta,
y que entre quien quiera,
y que salga quien desee,
                                                                  
pero que nunca jamás se diga
que alguien llamó a la puerta
                            y cerrada se la encontró.

jueves, 25 de abril de 2013

Sunday Mourning.

It was the same bar, the same time, and the same people as every Saturday night. The place was quite small, poorly lighted, and the word dusty fell short to describe the top of the shelves. It wasn’t completely full, just groups of people talking and enjoying their drinks. Life could be breathed there, good moments mixed with the youth and joy of long time ago.
Then the door opened and a man dressed in a dark coat with a black hat on his head came in. He waved friendly to the bartender and left the jacket in the hanger. Ian Curtis was singing through the speakers as every night. In his arm he carried a funeral wreath. His friends were waiting for him some minutes ago. All of them looked at him with the same strange face. He reached them and say hello to everyone of them.

“Man, why are you carrying that funeral wreath? is everything ok?,” asked one of his friends.
“She is dead” answered without altering his face, “she is finally dead, dead and buried. Let’s go drink to her memory”.
“Wouldn’t you rather go home and rest? It must have been a though day for you.” Said another friend.
“Go and do whatever you want!” yelled him, “I said I want a fucking drink and I’m going to have it.” Said him as he waved his hand to the waiter telling him to come.
“Hey! Jack, how are you? Same as usual?” asked the waiter.
“Hi frank, yeah. Take the money.”

The waiter went for the bottle of whiskey, and poured it in a glass full of ice. His friend surrounded him and everyone started to drink. One drink after another and the night took the same way of many other previous nights. And with the glasses empty and the waiter shouting: “Guys, we have to close please leave!” for at least 20 minutes, they said goodbye to the waiter, took the flowers and left the bar.
John was pretty drunk by then. He took a cigarette from his pocket but he started to puke before he could even lit it. One of his legs failed him while puking and he fell directly into the puddle of disgusting stomach fluids which were still warm. His friends raised him from the pool of vomit. He took the flowers and started walking home as he could, while singing one of his favorite Dylan’s songs.

When he arrived home he was still drunk, he sat in the chair while the room was moving wildly. The sun was starting to break the night little by little. He threw the funeral wrath across the room and turned the computer on while staring undisturbed to the flowers. Flowers of death, for a dead soul. 

At the next day they found the body surrounded by a pool of blood. A gun in his hand was pointing to his head.  The screen of the computer revealed the image of a girl with and man. A man supposed to be him. A man who has always been him.  A man who was no longer him. Another man. It was the same room, the same solitude… the same nothing. As it has always been before her.


Flowers of death for the dead.

sábado, 9 de marzo de 2013

Silencio



Parece tonta
pero no lo es,
la tenue sonrisa
que esboza
este estúpido rostro,

conoce más
de lo que quisiera,
pero menos
de lo que debería
y aun así
nada perturba
su sosegado
observar.

condenado a yacer
junto a la más guapa
del baile
sin poder tocar siquiera
sus caóticos rizos

c'est la vie,
c'est la vie,
mis dedos aún huelen a ti
mientras Chuck Berry
a ritmo de guitarra
ameniza la confusión,

la puerta se cierra
y la espalda se vuelve,
siempre con la esperanza
de escuchar el tintineo
que trota  rápido a despedirse,

que nunca supe
jugar a este juego,
quizás va siendo ya hora
de tirar las cartas
mientras todavía
quede algo que perder.

sábado, 2 de marzo de 2013

Paz


 


Paso a paso el camino
se hace cada vez más llano,
la paz interior cada vez esta más cerca
ya casi puedo rozar con los dedos
el tan ansiado respiro
que el alma lleva tiempo pidiendo.

Cada noche el sueño tarda menos en llegar
La cabeza pesa menos en la almohada,
el ying y el yang están cada vez más cerca
de unirse en un perfecta armonía
que desatara una furiosa tempestad
de sosiego y serenidad.

Las sonrisas que tus ojos esbozan
me alivian de arder en los infiernos,
cada vez menos persona
cada vez mas yo, humano.

Hoy no habrá neurosis
que azuce mi alma al dormir,
pues mis labios
aún guardan restos de tu perdón.

martes, 12 de febrero de 2013

Lamentaciones 3:69 - 96



Y sin más,
barro fuimos
y polvo hiciste.

polvo que el viento azuza
en opuestas direcciones,

impregnaras las alas de los pájaros
mientas yo abrazare
las tumbas aun no cavadas.

Animal inadaptado
al hábitat de la hipocresía,
eternamente destinado
 a la crucifixión
no merecedor del beso,
ni mucho menos
de las treinta monedas.

y a los pies de mi cruz,
nadie derramó
una lagrima por mí
ni siquiera empeñando
lo que resta
de mi alma a Lucifer

y de los versos que vomite
jamás logre resurgir,
y tras semanas
nunca resucite

que como Dante
subí al cielo
y baje al infierno
para allí quedar

mientras con mirada angelical
avivas la candela
que quema más y más,
yo solo encuentro el alivio
en desear no sentir
nunca más.


 http://www.youtube.com/watch?v=UFfrzo8juAw


lunes, 28 de enero de 2013

Amputacion.



Paso a paso,
y de esquirlas
de espino
se volvió el aire,

con un corte imperfecto
perdí la mitad de mí,
sensación sobrante
que añoro ahora
cuando duele respirar.

De este perder
me hice compadre
y de ese abandono
hice rutina
abrazando la soledad
en atisbos
de mala vida.

Desfila tras mi mirada,
grotesco carnaval
de las cosas
que nunca te dije,
las que mi lengua
siempre temió preguntar,

y al fondo vagan
en continua penitencia
los despojos de alguien que fue,
y nunca más será

y en la silenciosa procesión
de los fantasmas del pasado
el solo pide

dejar de vivir,

         dejar de morir

o simplemente

               dejar de sentir.

miércoles, 16 de enero de 2013

Jack and Sally's Tales I: Mourning.



Eran las doce de la mañana, de un día que nunca debería haber amanecido. El cielo se teñía de un gris más desolador que un día de lluvia en Madrid. La cortina solo dejaba pasar un pequeño haz de luz que apuñalaba limpiamente la tenue oscuridad que iba desangrándose conforme pasaban las horas. El interior de la habitación era anarquía hecha realidad, la ropa avanzaba por el suelo ganando la partida a vasos y platos con restos de comida que luchaban por hacerse un sitio, las paredes decoradas con alguna que otra estrella del rock, más muertos que vivos habitaban esos muros.
En mitad de la habitación yacía un cenicero desbordando colillas de tabaco, y aquello que las madres quieren pensar es tabaco, y a su lado una botella volcada que emanaba liquido en un constante fluir empapando un colchón tirado en el suelo que ocupaba la mayor parte de la habitación. Sobre el colchón se encontraba el cuerpo de un hombre,  el individuo reposaba sobre el colchón como en un coma infinito del que nunca fuera a despertar. Era un hombre alto, no demasiado mayor, de pelo oscuro con algunas canas, mas por disgustos que por la edad.

Allí yacía el sujeto en un contagioso sueño del que se sabía vivo por el movimiento del pecho al respirar. De repente unos estruendosos golpes en la puerta lo hicieron sobresaltarse. De un salto, se incorporo en la cama. El corazón le latía en la garganta y una gota de sudor frio surcaba su rostro en dirección a ninguna parte.

-¿¡Quién coño es!? – pregunto con la voz temblando por el sobresalto.

- Abre Jack, llevo una semana sin saber de ti, ¿estás bien?

- Déjame dormir en paz!

- Venga hombre déjame al menos pasar un rato.

Jack se levantó de la cama y se paró un instante frente el espejo. Tomando su demacrada imagen como algo usual, se pasó la mano por el pelo intentando darle forma, y con un gesto de desaprobación, tomándolo por un imposible se encaminó a abrir la puerta.

-¿Qué quieres hijo de puta?

-Joder pero qué coño ha pasado contigo, he visto a vagabundos con mejores pintas.

- ¿Has venido aquí a remover mis desgracias?, anda pasa cabrón. –Dijo haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

-Wow! este sitio necesita una buena limpieza… y por lo que huelo tu una buena ducha también. – Comento mientras observaba de arriba abajo el desorden de la habitación.

- Te estás ganando un viaje exprés  a la calle de una patada en el culo…

Jack se acerco al frigorífico y sacó dos cervezas  heladas, ofreció una a su visita; apartó una pila de cajas y ropa que ocupaban una silla y se sentó frente a su visita.

-Jack, ¿te encuentras bien? –Preguntó.

- ¿Por que no iba a encontrarme bien? – Contestó mientras pegaba un largo sorbo a su cerveza.

-Bueno ya sabes… desde que Sally se marchó apenas he sabido de ti, has estado aquí encerrado… estábamos preocupados…. No se simplemente quería pasarme a saber cómo estas…

- Ahh… -Dijo mientras se retrepaba en el sofá. – Si estoy bien… ¿por qué no habría de estarlo?, por lo que se ve ya es costumbre, es la misma historia que ya viví mil y una vez… siempre es igual… vienen, se quedan un tiempo…, y luego se van llevándose parte de mi…, y solo queda otra vez mas volver a empezar donde la otra vez lo dejé.
 
- Joder Jack… pero por eso mismo, ¿Por qué esta vez es diferente?, llevamos más de una semana intentando saber de ti, no respondes al correo, no coges el teléfono…

-Sally se llevó el ultimo pedazo que quedaba de mi… desapareció con el sin decirme a donde ni por qué… se fue llevándose la mejor parte de mi, y dejando solo miseria... la cama vacía… y esta vida que no vale nada. –Comentó con una mirada vidriosa.

-Me cago en la puta Jack, no puedes quedarte así, debes seguir adelante, quizás solo sea que  ella era capaz de sacar esa parte de ti, pero aun todavía la conserves…

- No lo sé, lo único que se…, es que ya nada es lo mismo… fue el baúl donde guarde mis mejores momentos… y ahora es una hazaña atravesar cada día sin resultar quemado… no es justo… ¡No es justo! -Gritó lanzando la silla a través de la habitación.

-Cálmate Jack, la vida no es justa, es algo que creía que ya sabrías a estas alturas de la partida. –Dijo acercándose a él.

El sol para entonces se colaba con más fuerza por la ventana, desatando unos colores antes imperceptibles.

-Lo sé… créeme que lo sé, pero por una vez era feliz pensando que había encontrado el perfecto equilibrio…, y ahora no hay día que no añore el volverlo a recuperar, como me gustaría volver atrás…
-Que puta es la vida…

-Te entiendo Jack, te entiendo.
- Pero ahora... ¿Qué vas a hacer?