No me cura, ni dios

Truena en mi cabeza,
es el maldito despertador,
otra vez

apenas unas horas
me separan
de la noche anterior,

el muy hijo de Belcebú,
en su intento incesante
de joderme el reposo,
continúa cantando

¡no reviente
el muy carbón!

cállate joder,
aun me quedan
demasiadas cosas
por soñar

y además,
me quedan ya
muy pocos motivos,
para seguir despierto

prefiero quedarme
eternamente
enredado en mi edredón,
abrazado por mi almohada

que la vida
es mi pesadilla

y el madrugar
me mata,
cada día,
un
poco
mas.






No me cura
ni un cura
no me cura
ni dios.

Paseo,

Paseo,
mis vaqueros raídos
de siempre
de hace mas de 5 años,
recorro las mismas calles,
de siempre
las mismas que fueron
desde que nací,

el silencio,
solo roto
por leves murmullos de gente
y mi pisar sobre los charcos,

la ciudad,
descansa en la nocturnidad
de la madrugada

esta jungla de luces,
habitada solo por coches
por mí,
y por los cuerpos
que se arrastran
a casa
cansados,

todo esta sereno y tranquilo
como siempre
como nunca,
como estuvo desde que la conocí

todo es igual,
todo es diferente,
pasan los años
y sigo recorriendo
las mismas madrugadas
las mismas calles,
enfundado en mismos vaqueros.

Nada es igual,
nada ha cambiado

paseo.