Truena en mi cabeza,
es el maldito despertador,
otra vez
apenas unas horas
me separan
de la noche anterior,
el muy hijo de Belcebú,
en su intento incesante
de joderme el reposo,
continúa cantando
¡no reviente
el muy carbón!
cállate joder,
aun me quedan
demasiadas cosas
por soñar
y además,
me quedan ya
muy pocos motivos,
para seguir despierto
prefiero quedarme
eternamente
enredado en mi edredón,
abrazado por mi almohada
que la vida
es mi pesadilla
y el madrugar
me mata,
cada día,
un
poco
mas.
No me cura
ni un cura
no me cura
ni dios.
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