Perdí el sur,
buscando el norte
y por el camino
te encontré,
desde los turbios mares
de la inocencia
que yo habitaba
por aquellos entonces
Amémonos con calma
me dijiste,
no vaya ser
que se nos gaste el querer
confié en perversas
palabras,
que las sirenas
emiten sin compasión
pobre ingenuo navegante
pues solo a base
de naufragios se aprende
que desde entonces
ningún barco zarpa
sin haber cargado antes
los cañones.
precioso :)
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