de días de otoño
que nunca se acaban
de mañanas,
despobladas
de abrazos
y arrumacos,
hablemos,
de los corazones
desarraigados,
de pasiones
extirpadas,
del maldito
vicio
de perderme
en tu mirar
y no encontrar
las migas de pan
que me traigan
de vuelta,
hablemos,
de que no hay mejor
lugar para perderse
que en tu despertar
hablemos,
de que
sin no es
a tu lado,
no quiero
dormir.
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