Cada verdad descubierta
fue el azote
que atiza la mente,
un golpe
por seguir vivo,
irresistible necesidad
de echar el freno,
y poner en orden
los desvaríos de la razón.
Porque el mundo
va deshaciéndose en pedazos,
las mentiras agrietan las paredes,
que siempre estuvieron unidas
pos nuestra adulterada realidad,
todo se derrumba,
y la hipocresía desbordada
retumba a patadas
en cada puerta,
Y las heridas,
antes de sanar
vuelven a abrirse,
supurando la ira contenida,
por lo que juraron no volvería a pasar
y para el dolor,
mezcla de verde y alcohol
desconsuelo y desesperanza
partidos mitad y mitad
todo es negro como el destino,
todo es mentira como la vida
que las palabras que escuché
una y otra vez
no son más que cenizas
en las ascuas de la vida.
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