Efemeridad.

El paso
del tiempo
me ha enseñado
la efemeridad
del placer,

El humo
que excarcelado
se disipa
sin rumbo
ni dirección,

Los besos
cuya existencia
no se alarga más
que a un par
de segundos,

El regusto
que deja
un buen Bourbon
en el paladar,

El deleite
del sexo
que siempre
pide más,

Los amores
que duran
lo que dura
un pestañeo,

Los breves
poemas
que a cada
palabra
erizan tu piel,

La vida
que solo
es vida
en el placer.

Apaga la TV enciende tu mente

Amasijo de almas
estancadas,
en una continua
decadencia

Mentes succionadas
por la televisión
maldito engañabobos
que corrompe sus
cerebros,

Ya no quedan ganas
para luchar,
para amar,
apenas quedan fuerzas
para cambiar el canal

Devorada la inspiración,
violada la imaginación
solo quedan cadáveres
frente al televisor,

Ansío con paciencia
el momento
en que falle la luz
y alguno de esos
seres inertes

en su angustia
por encontrar
el interruptor

tropiece
con un libro,
de poemas
a poder ser

y alimente
con este nuevo
manjar

el vacio
que durante años
ha llevado
en su más alta
cavidad.